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14,16 €Hay que ser muy generoso para aceptar ciertos regalos.
Escribir sin decir palabrotas empieza a ser cosa de frikis.
La aristocracia del espÃritu está formada por una minorÃa que practica la ironÃa y la compasión.
No somos canÃbales porque no hemos nacido donde sea normal serlo.
También el antipatriotismo puede ser el refugio de los canallas.
Ser anacrónico en un mundo idiota puede ser una forma de rebeldÃa.
La inteligencia tiene placeres que la idiotez no comparte.
Los hay a los que les da igual una bandera que otra siempre que ellos sean los dueños del mástil.
Son los que te copian los que te hacen original.
Ramón Eder (Lumbier, Navarra, 1952) es un aforista singular y, sin duda, necesario. Estudió filosofÃa en la Universidad de Vincennes (ParÃs), y no ha mostrado el menor interés por los géneros literarios mejor vendidos, como la novela o el ensayo. Cuando se decanta por alguno de los géneros históricos, como la poesÃa lÃrica (Axaxaxas ml", 1985, Lágrimas de cocodrilo, 1988) o el relato breve (La mitad es más que el todo, 1998), no oculta su actitud irónica y su ánimo ciertamente humorÃstico. Durante los últimos años cultiva preferentemente, y con innegable fortuna, el género aforÃstico. En la colección «A la mÃnima» de Renacimiento ha publicado La vida ondulante (2012), Aire de comedia (2015) e IronÃas (2016), y en la colección «Los Cuatro Vientos» ha publicado Palmeras solitarias (2018), con el que recibió el Premio AdA de Aforismo al mejor libro de 2018 y el Premio Euskadi 2019 de literatura en castellano.