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7,55 €Durante la década de los cincuenta, Dalà anduvo preocupado por el modo, para él servil, en que los crÃticos se sometÃan ciegamente a la dictadura de las vanguardias artÃsticas y, en particular, a la corriente más moderna: la pintura abstracta. Sorprende comprobar hoy en cuántos aspectos daba Dalà en el blanco, con su peculiar visión paranoico-crÃtica del arte y exponiéndose a la mofa de los implacables crÃticos «ditirámbicos» entregados a lo moderno por lo moderno. Según DalÃ, desde que los crÃticos se unieron «a la vieja pintura moderna», ésta no ha dejado de ponerles cuernos: con la fealdad, con la técnica y con el arte abstracto.
«Pintor, no te empeñes en ser moderno. Es la única cosa que, por desgracia, hagas lo que hagas, no podrás dejar de ser.» Salvador DalÃ